Antes de
nacer se te imaginaba,
se te
quería, tu familia,
felicidad
rebozaban, amigos
amigas,
todos te esperaban.
Pasaban
los minutos, las horas
los días
y tu no llegabas,
la
espera se alargaba.
¡Ay ¡
pequeña Ainara, tu habías decido,
asomarte
al mundo de madrugada
al
compás de saetas y tambores
de
penitentes y costaleros
al paso
de la Trianera, de la Macarena,
que con
tanta ilusión y fervor aclamaban.
¡Viernes
Santo ,viniste al mundo de madrugada,
como un
lucero, tan linda, tan guapa, que Sevilla
por ti,
de pasión, de emoción, junto a su “Trianera
y
Macarena” junto al gran Poder y ese Cristo de los gitanos,
su recorrido paró, porque, hasta el cielo lloraba.
¡Ay!
Ainara, con tu pelito claro y esos ojos abiertos,
que
serenos miraban, tus manitas agitabas, en tu sonrisa,
se
denotaba que “ Trianera, Macarena, Gran poder y ese Cristo de los Gitanos”
junto a ti estaban.
En ese
día naciste, Ainara, muy bien
acompañada.
Que
privilegio venir al mundo en esa madrugada,
el día
más grande de la Semana Santa Sevillana.
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