Mientras esperaba al sueño
el silencio me trajo el rumor de tus
cabellos
movidos por el iracundo viento
acariciando mis oídos con sonido
placentero
tu cabello brillante con sus
caracoles como olas
y su color azabache, turbaron la
noche.
¡Recordé tus ojos grandes rasgados y
risueños
tus labios tan bien curvados, tan
golosos,
que para no besarlos había que cerrar
los ojos
en un acto de imperioso esfuerzo!
En ese preciso instante te eche de
menos
con fuerza desee enredarme en tu
cuerpo
juventud ya marchita, la savia
inocente y nueva
de aquellos tiempos
¿Qué levedad como la espuma o la
quimera?
¡Abrazarte, beberme tu aliento como
brisa fresca
y muy despacio acariciar tu cuerpo,
dibujándolo con mis dedos
oír tus frases de amante y tú lo que por
ti siento!
Hago mía la noche, para soñar tus
abrazos
eterna primavera para jóvenes cuerpos
enlazados.
Existe un universo inacabado donde
nos amaremos
entre estrellas relucientes, no es
más amor el primero
sí el ultimo que se siente, así es el
amor
así fue siempre… así eternamente.
Mª José Ferrer González.
® Reservado todos los derechos de su autor.
Ni más ni menos, María José, ni más ni menos.
ResponderEliminarAbrazos
Así es. Gracias Entre Palmeras. Un abrazo
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